Camaleón común
Chamaeleo chamaeleon (Linnaeus, 1758)
Por Juan Pablo González de la Vega
Actualizado: 23/09/2012
Taxonomía: Sauria | Chamaeleonidae | Chamaeleo | Chamaeleo chamaeleon
Chamaeleo chamaeleon
Descripción
Reptil de cuerpo arqueado y muy comprimido lateralmente. Las extremidades son largas y delgadas, la cola prensil y por regla general de igual o menor longitud que el resto del cuerpo, color de fondo inusitadamente variable (tiene la facultad de poder variarlo a voluntad). Rasgos todos ellos que hacen del camaleón común una especie especialmente inconfundible y bien conocida por todos.
La cabeza está bien diferenciada del cuerpo, es puntiaguda y con dos lóbulos occipitales de menor tamaño a cada lado de una cresta occipital bien patente. Los ojos son muy prominentes, con parpado circular, y se alojan a ambos lados de la cabeza. Tienen movimientos independientes el uno del otro, y con ellos son capaces de mirar a diferentes lugares a la vez (visión estereoscópica). La lengua se encuentra replegada en una cavidad que posee a modo de bolsa en la parte inferior de la boca y puede ser proyectada con gran precisión y velocidad vertiginosa a una distancia tan larga como la longitud total del individuo; con ella atrapa a sus presas (insectos y pequeños vertebrados), gracias al extremo anterior mazudo y pegajoso. No existe oído externo y los orificios nasales son de pequeño tamaño. Los individuos juveniles son similares en aspecto y coloración a los adultos, pero a diferencia de estos tienen la cabeza de forma redondeada y presentan el paladar de color negro, especialmente los recién nacidos.
Color de fondo muy variable, pudiéndolo cambiar a voluntad; de tal forma, se dan individuos de color verde, amarillento, pardo e incluso azulado o extremadamente negro (durante las horas más tempranas de los meses más fríos), anteriores o posteriores a la hibernación. Junto al color imperante, siempre aparecen dos líneas discontinuas de color amarillento o pardo, y una serie de ocelos o máculas, unas de color blanquecino y otras de tonos oscuros. Las variaciones de color son fiel testigo del estado anímico del ejemplar, de factores ambientales, del estado reproductor, e incluso del rango que ocupa cada individuo con respecto a sus congéneres; dichos cambios se llevan a cabo gracias a unas células que poseen en la piel denominadas cromatóforos.
En general los machos dominantes presentan un color verde vivo, mientras que en los dominados imperan los tonos apagados. Las hembras fecundadas toman un color azul oscuro manchado de amarillo. Mientras duermen por la noche son típicos los tonos muy claros. Los individuos juveniles en presencia de grandes ejemplares se tornan de color negro. El vientre siempre está recorrido por una línea de color blanco o crema que, partiendo desde el morro, llega hasta el extremo de la cola. En caso de peligro no se desprenden de ella como ocurre con otros saurios, de forma que si ésta resulta amputada no le vuelve a crecer. Gracias a la cola se mantiene entre los arbustos usándola como si se tratara de un quinto miembro, siendo capaz de mantenerse asido solamente por ella para poder acceder al alimento o la necesaria rama cercana que estime conveniente para desplazarse. Cuando se encuentran en reposo o duermen durante la noche, a menudo la mantienen enrollada en espiral.
Las extremidades son largas, delgadas y terminadas en poderosas garras que usa a modo de pinzas para asirse a las ramas y trepar. Los dedos se oponen tres a dos según el sentido de la marcha; es decir, los miembros delanteros presentan interiormente tres dedos, mientras que los traseros, presentan sólo dos. Aunque las tallas normales son de entre 190 y 250 mm, no son raros los ejemplares que alcanzan los 300 mm de longitud total.
Ecología y hábitos
Es un reptil de costumbres eminentemente diurnas y arborícolas, de movimientos lentos y acompasados, solitario y muy territorial, especialmente el macho en la época de celo, que en presencia de otro macho, aplana desmesuradamente el cuerpo para aparentar ser de mayor tamaño, a la vez que abre la boca, hincha la garganta y, moviendo acompasadamente el cuerpo, emite sonidos característicos. Si el contrincante no opta por abandonar el territorio, el macho dominante lo expulsa del mismo propinándole fuertes mordiscos.
Al sentirse descubierto, aplana totalmente el cuerpo y nos lo ofrece lateralmente ocultándose tras la rama a la que se encuentre agarrado. Si tratamos de capturarlo emprende la huida y si es necesario se suelta de la rama dejándose caer entre el follaje o directamente al suelo; al ser capturado, abre la boca y propina fuertes mordiscos, aunque pronto se acostumbra a nuestra presencia y desiste de ello.
Por lo general vive siempre subido a cualquier árbol, arbusto o vegetación existente. En las zonas en las que la cobertura vegetal es escasa o inexistente, se le puede hallar al levantar pequeños montículos de piedras bajo los cuales encuentra cobijo, pero siempre en las cercanías de alguna zona acuática aunque esta sea de aguas temporales.
La estrategia del camaleón para con sus enemigos, la podríamos resumir como “el arte de ver sin ser visto y de comer sin ser comido”. Su arma principal es la de mantenerse totalmente inmóvil y la de mimetizarse perfectamente con el entorno para pasar totalmente desapercibido.
Cuando se desplaza por el suelo, cosa que ocurre al trasladarse de un árbol o arbusto a otro, y con mucha más frecuencia durante la época de la reproducción, lo hace lentamente, con la cola levantada y con movimientos lentos y acompasados muy característicos dejando tan sólo las huellas de sus extremidades, mientras que si de desplaza por el suelo huyendo, incluye en las huellas la propia de su cola.
La alimentación es eminentemente insectívora, capturando todo tipo de insectos con la sola condición de que les quepa en la boca. También puede predar sobre aquellos pequeños saurios que se pongan a tiro de su larga lengua.
Como diferencias sexuales destacan en los machos la mayor altura del yelmo o prominencia posterior de la cabeza, a la vez que la longitud de la cola es mayor que en las hembras, mientras que estas son las que alcanzan las tallas mayores y resultan ser más robustas.
La época de celo se extiende desde Julio hasta Octubre, tornándose durante esta época los machos especialmente agresivos para con sus congéneres, especialmente a la hora de cortejar a las hembras. Para la cópula, retienen a la hembra merced a un incruento mordisco en el dorso o en el vientre, o simplemente agarrándola con sus extremidades en los casos en que la hembra esté receptiva, permaneciendo de esta guisa durante los escasos minutos que dura la cópula. Tras la misma, la hembra adquiere una coloración típica de gravidez que consiste en presentar tonos azulados o simplemente oscuros salpicados por motas amarillentas, la cual indica a sus congéneres su estado. Si algún macho intenta acercarse a esta una vez fecundada, será ferozmente expulsado sin miramiento alguno de las cercanías de su territorio merced a movimientos característicos en vaivén, resoplidos y fuertes mordiscos.
Estudios genéticos (Paulo et al., 2002) revelan que las poblaciones del sur de la Península Ibérica son indistinguibles genéticamente de las de Marruecos, procediendo de introducciones antrópicas recientes, por lo que se incluyen fotografías y datos de estas poblaciones ibéricas.
La puesta es depositada en el suelo, en un agujero excavado por ella misma y al amparo de algún arbusto, bajo el cual excava un agujero inclinado con ayuda de sus extremidades anteriores. Como esta labor resulta extremadamente penosa debido a la forma de las extremidades, la construcción de la galería le supone varias horas de trabajo, por lo que en la mayoría de los casos pasa la noche en el interior de la misma. A primeras horas de la mañana siguiente, la puesta se ha consumado y todo ha quedado perfectamente disimulado.
La puesta consta de un número de huevos que oscila entre 5 y 46 (Schleich et al., 1996). Los datos referidos a Andalucía Occidental son de entre 6 y 26 huevos, (J. P. González de la Vega, datos inéditos), máximo 43 (M. Cuadrado, com. pers.), son blancos, gomosos y algo elípticos con unas medidas que oscilan entre 10-19 x 8-12,5 mm (Schleich et al., 1996), entre 14,6 x 11,5 a 23,1 x 12,7 mm para Andalucía Occidental, (J. P. González de la Vega, datos inéditos). Como quiera que los meses posteriores a la puesta coinciden con las temperaturas más bajas del año, la verdadera incubación de la misma comienza ya bien entrado el mes de Abril. La eclosión se produce entre los 350 y 360 días (Schleich et al., 1996), entre 258 y 377 días de haberse depositado la puesta en Andalucía Occidental, (J. P. González de la Vega, datos inéditos). Los recién nacidos en Andalucía Occidental, tienen una talla de entre 50 y 75 mm de longitud total, (J. P. González de la Vega, datos inéditos). Alcanzan la madurez sexual al año de vida. La edad máxima estimada es de cinco años, o de siete años (Cuadrado, 2009).
El periodo de actividad anual transcurre por lo general entre los meses de marzo y noviembre. La hibernación la llevan a cabo en oquedades de árboles, bajo la hojarasca, entre o bajo montículos de piedras, entre o bajo rocas, o simplemente en cualquier oquedad del terreno. Si las temperaturas son favorables, se les puede ver tomando el sol los días más cálidos, incluso si el invierno no es extremadamente frío, puede permanecer activo durante todo el año.
DATOS BIOMÉTRICOS Y SOBRE LA BIOLOGÍA DE LA REPRODUCCIÓN: Camaleón común Chamaeleo chamaeleon (Linnaeus, 1758) | |
PESO DE ADULTOS | Entre 14 y 88 g (no se han tenido en cuenta las hembras grávidas) |
Nº DE HUEVOS POR PUESTA | De 6 a 26 huevos. Max 43 (M. Cuadrado, com. pers.) |
RANGO FECHA DE PUESTAS | Del 15 de Septiembre al 18 de Noviembre |
MEDIDAS DE HUEVOS | Entre 14,6 x 11,5 y 23,1 x 12,7 mm |
PESO DE HUEVOS | Entre 0,82 y 1,91 gr |
DÍAS DE INCUBACIÓN | Entre 320 y 377 días |
MEDIDAS RECIÉN NACIDOS | Entre 50 y 75 mm de LT, (longitud cabeza-cuerpo + cola) |
PESO RECIÉN NACIDOS | Entre 0,65 y 1,55 gr |
Distribución, hábitat y abundancia
Es una especie de distribución marcadamente circunmediterránea. Está presente en el sur de la Península Ibérica, Sicilia, Malta, Grecia y determinadas islas mediterráneas, presumiblemente fruto de introducciones antiguas. En Marruecos está ampliamente distribuido y ocupa prácticamente la totalidad de los pisos bioclimáticos desde el nivel de mar hasta los 1.800 m en el Gran Atlas. Es una especie relativamente común y abundante aunque en determinadas zonas se encuentran las poblaciones en retroceso debido a la degradación y destrucción de sus hábitats.
Aparte de los enemigos naturales (determinadas aves, mamíferos y reptiles), el camaleón común encuentra en las carreteras uno de sus mayores enemigos, ya que se ha podido constatar que un elevado número de ejemplares mueren atropellados anualmente cuando intentan cruzar las cada vez más numerosas carreteras, especialmente durante la época de la reproducción, momento este en el que los desplazamientos son más constantes; bien porque los machos busquen a las hembras, bien porque los ejemplares dominados huyen de los dominantes, bien porque las hembras grávidas se desplacen para encontrar un lugar idóneo en el que depositar la puesta, etc.
Por otro lado, un elevado número de ejemplares son capturados para su venta en zocos y herboristas tradicionales, con la creencia de que el uso de determinadas partes del animal mezclado con la comida puede restaurar la unión de una pareja que pasa por malos momentos, como protección contra “el mal de ojo”, o simplemente como reconstituyente para fortalecer a las personas debilitadas. De tal suerte, los ejemplares capturados son puestos a la venta, bien vivos y enjaulados, bien disecados, en las “farmacias bereberes” donde son usados para la elaboración de pócimas y demás supuestos remedios de medicina tradicional, de siempre emparentados con la brujería y magia.
Según el criterio de la UICN, no figura en la relación de especies que necesiten de una protección especial. En el Sahara Occidental está catalogado como “Vulnerable”, mientras que a nivel mundial se le cataloga como “bajo riesgo-casi amenazado” (Geniez et al., 2004.)
Bibliografía
- Bons, J. & Geniez, P. 1996. Anfibios y Reptiles de Marruecos. Asociación Herpetológica Española, Barcelona. 319 pp.
- Cuadrado, M. (2009). Camaleón común – Chamaeleo chamaeleon. En Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales. Madrid. http: //www.vertebradosibericos.org/
- Geniez, P.; Mateo, J.A.; Geniez, M. & Pether, J. 2004. The amphibians and reptiles of the Western Sahara. Edition Chimaira, Frankfurt, 228 pp.
- González de la Vega, J. P. 1988. Anfibios y reptiles de la provincia de Huelva. Ertisa, Huelva. 238 pp.
- Paulo, O. S., Pinto, I., Bruford, M. W., Jordan, W. C., Nichols, R. A. 2002. The double origin of Iberian peninsular chamaeleons. Biol. J. Linn. Soc., 75: 1-7.
- Salvador, A. 1998. Chamaelelo chamaeleon (Linnaeus, 1758). Pp. 129-135. En Salvador, A. (Coord.). Reptiles. Fauna Ibérica. Vol. 10. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid.
- Schleich, H. H., Kästle, W. & Kabisch, K. 1996. Amphibians and Reptiles of North Africa. Koeltz Sci. Books, Koenigstein. 630 pp.
Para citar esta página:
Juan Pablo González de la Vega (2012): Chamaeleo chamaeleon (Linnaeus, 1758). En: Martínez, G., León, R., Jiménez-Robles, O., González De la Vega, J. P., Gabari, V., Rebollo, B., Sánchez-Tójar, A., Fernández-Cardenete, J. R., Gállego, J. (Eds.). Moroccoherps. Anfibios y Reptiles de Marruecos y Sahara Occidental. Disponible en www.moroccoherps.com/ficha/Chamaeleo_chamaeleon/. Versión 23/09/2012.
Para citar www.morocoherps.com en su conjunto:
Martínez, G., León, R., Jiménez-Robles, O., González De la Vega, J.P., Gabari, V., Rebollo, B., Sánchez-Tójar, A., Fernández-Cardenete, J.R., Gállego, J. (Eds.). Moroccoherps. Anfibios y Reptiles de Marruecos y Sahara Occidental. Disponible en www.moroccoherps.com.