Ficha de Hemorrhois algirus

Culebra argelina
Hemorrhois algirus (Jan, 1863)

Por Vincenzo Rizzo

Actualizado: 01/10/2020

Taxonomía: Serpentes | Colubridae | Hemorrhois | Hemorrhois algirus

Adulto de Assa. Foto: Raúl León Vigara.
Adulto de Assa. Foto: Raúl León Vigara.

 

  Hemorrhois algirus

Mapa de distributión de Hemorrhois algirus
en Marruecos.

 

 

1) Encuadre filogenético

Actualmente la mayoría de autores acepta dos subespecies dentro de Hemorrhois algirus. Los individuos del clado oriental deberían denominarse Hemorrhois algirus algirus, mientras que los del clado occidental serían Hemorrhois algirus intermedius (Abreu, 2017).
La frontera entre estas subespecies aún no está bien delimitada y se deberían realizar más estudios para aclararla, aunque se sabe que el límite entre las subespecies se localiza en Argelia. Las poblaciones marroquíes y saharauis pertenecen a la subespecie H. a. intermedius (Abreu, 2017).
La antigua subespecie H. a. villiersi (que se distribuía por Mauritania y Sáhara Occidental) ha sido sinonimizada con H. a. intermedius porque no estaban lo suficientemente diferenciadas como para seguir considerándolas como subespecies diferentes (Schätti, 1986).
La subespecie H. a. intermedius podría estar lo suficientemente diferenciada de H. a. algirus como para poder considerarlas como especies diferentes, pasando a llamarse Hemorrhois intermedius; pero esto aún no está lo suficientemente estudiado como para aceptarlo, por lo que vamos a seguir considerándola como subespecie hasta que se publiquen nuevos estudios (Werner, 1929; Abreu, 2017).
Aunque Hemorrhois hippocrepis y Hemorrhois algirus sean especies bien diferenciadas genéticamente y, en la mayoría de los casos, morfológicamente; existen ejemplares en zonas del sur de Marruecos (principalmente en el área entre Tan-Tan y Guelmin, la zona de Ouarzazate y la zona del noroeste de Errachidia) que tienen características de las dos especies y que no se pueden
identificar de forma segura a partir de caracteres morfológicos (Werner, 1929; Abreu, 2017). Habiendo, por ejemplo, individuos con la marca en forma de herradura y con marcas redondeadas por el cuerpo (características típicas de Hemorrhois hippocrepis), pero cuya genética corresponde a H. algirus; o individuos con marca de herradura (característica típica de H. hippocrepis) pero con marcas en forma de barras transversales por el cuerpo (característica típica de H. algirus) y cuya genética corresponda a cualquiera de las dos especies. Esto probablemente demuestre una antigua hibridación en las zonas fronterizas de la distribución de estas dos especies (Abreu, 2017).

2) Descripción

Esta especie es un ofidio de tamaño mediano que suele llegar hasta los 100 cm de longitud total, aunque se han registrado ejemplares de hasta 140 cm (Schleich et. al., 1996; Martínez del Mármol et. al., 2019).
Presenta una cabeza alargada y bien diferenciada del cuello, tiene unos ojos bastante grandes con una pupila redondeada y un hocico bastante redondeado.
Puede tener la cabeza marrón con una marca en forma de herradura (característica típica de Hemorrhois hippocrepis, pero que se ha visto también en ejemplares de H. algirus encontrados en el límite distribucional entre las dos especies) o tener la cabeza de un color marrón, gris o negro uniforme (a veces esto contrasta con el resto de la coloración del cuerpo dando un aspecto de “capucha”) (Martínez del Mármol et. al., 2019). Puede tener un collar negro en el cuello (Speybroek et. al., 2016).

Detalle cabeza de Hemorrhois algirus. Aprecien la marca de herradura de este individuo. Tata. Foto: Gabriel Martínez del Mármol.
Detalle cabeza de Hemorrhois algirus. Aprecien la marca de herradura de este individuo. Tata. Foto: Gabriel Martínez del Mármol.
Individuo con superficie de la cabeza totalmente negra. Erfoud. Gabriel Martínez del Mármol.
Individuo con superficie de la cabeza casi totalmente negra. Erfoud. Gabriel Martínez del Mármol.
Ejemplar de H. algirus con la cabeza gris y collar negro. El contraste de la cabeza gris con el resto del cuerpo le da un aspecto de “capucha”. Tan-Tan. Foto: Raúl León Vigara
Ejemplar de H. algirus con la cabeza gris y collar negro. El contraste de la cabeza gris con el resto del cuerpo le da un aspecto de “capucha”. Tan-Tan. Foto: Raúl León Vigara

Suele tener 1 o 2 escamas supralabiales en contacto con el ojo, aunque esto es muy variable, habiendo ejemplares en los que esto les sucede solo en un ojo, o incluso ejemplares en los que ningún ojo está en contacto con ninguna supralabial (H. hippocrepis, al contrario, no suele tener las supralabiales en contacto con los ojos ya que suele tener una hilera de escamas suboculares que los separa) (Schleich et. al., 1996; Martínez del Mármol et. al., 2019).

Hemorrhois algirus que presenta en un lateral de la cabeza una escama supralabial en contacto con el ojo y en otro lateral de la cabeza no presenta ninguna escama supralabial en contacto con el ojo (están separados por una hilera de escamas suboculares). Tan-Tan. Fotos: Raúl León Vigara.
Hemorrhois algirus que presenta en un lateral de la cabeza una escama supralabial en contacto con el ojo y en otro lateral de la cabeza no presenta ninguna escama supralabial en contacto con el ojo (están separados por una hilera de escamas suboculares). Tan-Tan. Fotos: Raúl León Vigara.

El cuerpo es alargado y bastante delgado, con una coloración de fondo muy variable, pudiendo ser grisácea, amarillenta, beige, anaranjada, marrón u oliva pálido (Schleich et. al., 1996; Speybroek et. al., 2016; Martínez del Mármol et. al., 2019), con unas marcas en forma de “barras transversales” más oscuras que el fondo. En vez de “barras transversales” también hay individuos con un
patrón de “manchas redondeadas” (característica típica de H. hippocrepis) en las zonas fronterizas entre las distribuciones de las dos Hemorrhois presentes en el área de estudio (Martínez del Mármol et. al., 2019).

Ejemplar de coloración atípica con marcas en forma de “manchas redondeadas”. Guelmin. Foto: Raúl León Vigara
Ejemplar de coloración atípica con marcas en forma de “manchas redondeadas”. Guelmin. Foto: Raúl León Vigara

Suele tener una hilera de pequeñas manchas oscuras en cada flanco de su cuerpo.
Su cola ocupa entre un cuarto a un tercio de su longitud total (Schleich et. al., 1996).
Las escamas del cuerpo son lisas. La escama anal puede estar dividida o no estarlo.
La coloración del vientre también es muy variable, ésta puede ser grisácea, amarillenta, rosada, anaranjada o crema, siendo los extremos laterales de las escamas ventrales un poco más oscuras que el resto (Schleich et. al., 1996; Speybroek et. al., 2016; Martínez del Mármol et. al., 2019).
Los juveniles no tienen diferencias significativas con los adultos.

Comparación entre un individuo juvenil (izquierda) y uno adulto (derecha). Izquierda: Guelmin. Foto: Raúl León Vigara. Derecha: Imitek. Foto: Gabriel Martínez del Mármol
Comparación entre un individuo juvenil (izquierda) y uno adulto (derecha). Izquierda: Guelmin. Foto: Raúl León Vigara. Derecha: Imitek. Foto: Gabriel Martínez del Mármol

Especies parecidas: La especie de ofidio más confundida con Hemorrhois algirus es Hemorrhois hippocrepis. Son especies muy parecidas, pero normalemente se pueden diferenciar apreciando las siguientes características:
– En general, H. algirus suele tener un patrón de “barras transversales”, mientras que H. hippocrepis suele tener un patrón de “machas redondeadas”.
H. algirus no suele tener una marca en forma de herradura en la cabeza, mientras que en H. hippocrepis la presenta casi la totalidad de los individuos.
H. algirus suele tener alguna escama supralabial en contacto
con el ojo, mientras que H. hippocrepis no suele tener ninguna
escama supralabial en contacto con ningún ojo (dividida por una
hilera de escamas suboculares).
– La escama anal está casi siempre dividida en H. hippocrepis,
mientras que puede estarlo o no en H. algirus.
H. algirus tiene entre 23 a 25 escamas dorsales en la mitad del
cuerpo, mientras que H. hippocrepis tiene entre 23 a 29.
H. algirus tiene entre 209 a 237 escamas ventrales, mientras que
H. hippocrepis tiene entre 214 a 258.
H. algirus tiene entre 83 a 110 escamas subcaudales, mientras
que H. hippocrepis tiene entre 72 a 109.

Comparación entre una Hemorrhois algirus con el clásico patrón de “barras transversales” (izquierda) y una H. hippocrepis con el típico patrón de “manchas redondeadas” (derecha). Izquierda: Erfoud. Foto: Gabriel Martínez del Mármol. Derecha: Saidia. Foto: Raúl León Vigara.
Comparación entre una Hemorrhois algirus con el clásico patrón de “barras transversales” (izquierda) y una H. hippocrepis con el típico patrón de “manchas redondeadas” (derecha). Izquierda: Erfoud. Foto: Gabriel Martínez del Mármol. Derecha: Saidia. Foto: Raúl León Vigara.
Comparación entre la cabeza de un ejemplar de H. algirus con una escama supralabial en contacto con el ojo (izquierda) y la de una H. hippocrepis con las escamas supralabiales separadas del ojo por una hilera de escamas suboculares (derecha). Izquierda: Assa. Derecha: Saidia. Fotos: Raúl León Vigara.
Comparación entre la cabeza de un ejemplar de H. algirus con una escama supralabial en contacto con el ojo (izquierda) y la de una H. hippocrepis con las escamas supralabiales separadas del ojo por una hilera de escamas suboculares (derecha). Izquierda: Assa.
Derecha: Saidia. Fotos: Raúl León Vigara.

Importante: Hay que aclarar que en las zonas fronterizas entre la distribución de las dos especies (principalmente en el área entre Tan-Tan y Guelmin, la zona de Ouarzazate y la zona del noroeste de Errachidia) hay ejemplares de las dos especies con características “intermedias”. Pudiéndose encontrar, por ejemplo, ejemplares de H. algirus con manchas redondeadas o con marca
en forma de herradura. Varios de estos individuos “intermedios” no se pueden identificar a nivel de especie sin un estudio genético.
Esto probablemente ocurra debido a una hibridación antigua entre las dos especies (Abreu, 2017).

Individuos intermedios imposibles de identificar correctamente sin un estudio genético. Guelmin. Foto: Gerrit Jan Verspui.
Individuos intermedios imposibles de identificar correctamente sin un estudio genético. Guelmin. Foto: Gerrit Jan Verspui.
Ejemplar con características intermedias que no se puede identificar con seguridad solo con la morfología. Labyar .Foto: Gabriel Martínez del Mármol
Ejemplar con características intermedias que no se puede identificar con seguridad solo con la morfología. Labyar. Foto: Gabriel Martínez del Mármol

3) Ecología y hábitos

H. algirus es una especie de serpiente que puede estar activa tanto durante el día como durante la noche (Schleich et. al., 1996; Martínez del Mármol et. al., 2019).
No se han reportado individuos ni hibernando ni estivando en el área de estudio.
Es una especie muy termófila, suele termorregularse durante bastante tiempo, normalmente por la mañana (Schleich et. al., 1996).
En los meses más calurosos, como muchos reptiles, suele hacerlo
por la mañana temprano y a última hora de la tarde.
Tiene una dieta muy variada, alimentándose principalmente de micromamíferos (como jerbos del género Gerbillus y Meriones) y de
saurios (pequeños como Tarentola spp. o grandes como Agama impalearis), aunque cuando son jóvenes se suelen alimentar casi exclusivamente de saurios (Schleich et. al., 1996).
También pueden alimentarse de crías de aves, grandes insectos o de otros ofidios.
Suele cazar a sus presas activamente, captando sus rastros de olor con su lengua y buscándolas mientras descansan en sus madrigueras o mientras realizan sus actividades (Schleich et. al., 1996). Aunque no tiene colmillos, puede segregar una sustancia tóxica desde la boca (la cual solo genera síntomas muy leves y es inofensiva para el humano) que sucumbe rápidamente a sus presas (Speybroek et. al., 2016).

H. algirus alimentándose de una Tarentola boehmei. Imitek. Foto: Gabriel Martínez del Mármol.
H. algirus alimentándose de una Tarentola boehmei.
Imitek. Foto: Gabriel Martínez del Mármol.

Sus principales depredadores probablemente sean los mismos que los de su pariente H. hippocrepis, o sea, aves rapaces como Circaetus gallicus, córvidos como Corvus corax, mustélidos y otros ofidios como Malpolon monspessulanus (Schleich et. al., 1996).
Hemorrhois algirus es una especie muy tímida y escondidiza, esto hace que sea difícilmente encontrada por los depredadores.
Lo primero que hace este ofidio para protegerse si se siente en peligro es huir rápidamente hacia un escondrijo, pero si se la llega a acorralar, ésta bufará y ensanchará la cabeza para intimidar al agresor; y como última forma de defensa, si la amenaza persiste o si es atrapada, lanza ataques repetidamente al agresor (su dentición es aglifa y su mordedura es inofensiva para el ser
humano).
Aunque no se sabe mucho sobre su biología reproductiva (lo único que se sabe con seguridad es que es ovípara; Speybroek et. al., 2016), ésta probablemente sea muy similar a la de Hemorrhois hippocrepis. Esta última es ovípara, las cópulas se producen desde abril a junio y las hembras suelen poner entre 5 a 29 huevos (esto suele variar según el tamaño de la hembra) entre septiembre y octubre (Schleich et. al., 1996; Martínez del Mármol et. al., 2019).

4) Distributión, hábitat y abundancia

Sustituye a su especie cercana Hemorrhois hippocrepis en las zonas más áridas. En el área de estudio se encuentra al sur del Gran Atlas, desde Guelmim a Figuig, incluyendo gran parte del AntiAtlas, las colinas al sur de Jebel Sirwa, el Jebel Saghro y la mayor parte del Sáhara Occidental.
Mundialmente se encuentra en una “franja norsahariana” que ocupa el sur de Marruecos, el centro y norte de Argelia (pero ausente en la zona más cercana a la costa), la mitad sur de Túnez, el norte de Libia y una pequeña zona en el extremo noroeste de Egipto; en Sáhara Occidental, en el oeste de Mauritania, en el Macizo del Hoggar y en Malta (donde fue introducida en La Valeta probablemente durante la II Guerra Mundial) (Bons y Geniez, 1996; Speybroek et. al., 2016; Martínez del Mármol et. al., 2019).
En el área de estudio se encuentra desde los 10 a los 2100 metros de altitud (Ramos y Díaz Portero, 2008; Martínez del Mármol et. al., 2019) .
Se la puede encontrar en un amplio aspectro de hábitats áridos, pudiéndose encontrar en zonas pedregosas o rocosas con algo de vegetación crasa, en pastizales, en zonas semidesérticas, ruinas o en zonas de cultivo de olivos o palmeras. Es bastante abundante en zonas construidas por el humano y su densidad de población parece mayor cerca de masas de agua dulce (como oasis) que en lugares alejados a éstas (Schleich et. al., 1996; Martínez del
Mármol et. al., 2019).

Hábitat: zona árida pedregosa. Imitek. Foto: Gabriel Martínez del Mármol
Hábitat: zona árida pedregosa. Imitek. Foto: Gabriel Martínez del Mármol
Ejemplar en hábitat. Assa. Foto: Raúl León Vigara
Ejemplar en hábitat. Assa. Foto: Raúl León Vigara
Hábitat: zona árida con fuente de agua (un río). Guelmin. Foto: Raúl León Vigara
Hábitat: zona árida con fuente de agua (un río). Guelmin. Foto: Raúl León Vigara
Hábitat: estepa árida con vegetación. Labyar. Foto: Gabriel Martínez del Mármol
Hábitat: estepa árida con vegetación. Labyar. Foto: Gabriel Martínez del Mármol
Hábitat: Estepa árida de sustrato arenoso. Laayune. Foto: Gabriel Martínez del Mármol.
Hábitat: Estepa árida de sustrato arenoso. Laayune. Se puede observar a la izquierda el aljibe donde había caído un ejemplar de esta especie, que habría muerto de no sacarlo el autor de la foto y sus compañeros de viaje. Foto: Gabriel Martínez del Mármol.

Las principales amenazas para este ofidio son las trampas de caída accidental (como pozos y aljibes, en los cuales una gran cantidad de animales mueren atrapados en ellos por deshidratación, ahogamiento o inanición debido a que no pueden salir), los atropellamientos en las carreteras y las personas que las
matan injustamente porque creen que son animales peligrosos (cosa totalmente falsa).
Está considerada como “Preocupación Menor” (LC) y “Población Estable” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Wagner y Wilms, 2013).

Individuo atropellado. Figuig. Foto: Gabriel Martínez del Mármol.
Restos de un ejemplar encontrado muerto en una alberca. Figuig. Foto: Gabriel Martínez
del Mármol

Agradecimientos

A Raúl León Vigara, Gabriel Martínez del Mármol y Gerrit Jan Verspui por permitir el uso de sus fotografías.

Bibliografía

  • Abreu JM. 2017. Phylogenetic and Diversity Patterns of the Algerian Whip Snake Hemorrhois algirus. Universidade do Porto.
  • Bons J, Geniez P. 1996. Anfibios y Reptiles de Marruecos (incluyendo Sáhara Occidental). Atlas Biogeográfico. Asociación Herpetológica Española. Barcelona. 319 pp.
  • Martínez del Mármol G, Harris DJ, Geniez P, de Pous P, Salvi D. 2019. Amphibians and Reptiles of Morocco. Edition Chimaira. 478 pp.
  • Schätti, B. 1986. Morphologie und Systematik von Coluber algirus und Coluber hippocrepis (Reptilia, Colubridae). Bonn. Zool. Beitr. 37: 281-293.
  • Schleich HH, Kästle W, Kabisch K. 1996. Amphibians and Reptiles of North Africa. Koeltz Sci. Books, Koenigstein. 630 pp.
  • Speybroek J, Beukema W, Bok B, Van Der Voot J, Velikov I. 2016. Field Guide to the Amphibians and Reptiles of Britain and Europe. Bloomsbury. 432 pp.
  • Ramos JJ & Díaz- Portero MA. 2008. Aportaciones al conocimiento de la herpetofauna del Jebel Saghro (Antiatlas Oriental, Marruecos). Boletín de la Asociación Herpetológica Española 19: 90-93.
  • Wagner, P, Wilms, T. 2013. Hemorrhois algirus. The IUCN Red List of Threatened Species 2013: e.T183197A1733182. https://dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK. 2013-1.RLTS.T183197A1733182.en. Downloaded on 30 July
    2020.
  • Werner, F. 1929. Wissenschaftliche Ergebnisse einer zoologischen Forschungsreise nach Westalgerien und Marokko. Sb. Akad. Wiss. Wien, math.-naturw. kl., Abt. 1, 138;
    1-34.

Para citar esta página:
Rizzo V. 2020. Hemorhois algirus (Jan, 1863). In: Martínez, G., León, R., Jiménez-Robles, O., González De la Vega, J. P., Gabari, V., Rebollo, B., Sánchez-Tójar, A., Fernández-Cardenete, J. R., Gállego, J. (Eds.). Moroccoherps. Amphibians and Reptiles of Morocco.
Available from old.moroccoherps.com/en/ficha/Hemorrhois_algirus/. Version 01/10/2020.

To cite www.morocoherps.com en as a whole:
Martínez, G., León, R., Jiménez-Robles, O., González De la Vega, J.P., Gabari, V., Rebollo, B., Sánchez-Tójar, A., Fernández-Cardenete, J.R., Gállego, J. (Eds.). Moroccoherps. Amphibians and Reptiles of Morocco and Western Sahara. Available from www.moroccoherps.com