Culebra de herradura
Hemorrhois hippocrepis Linnaeus, 1758
Por Raúl León Vigara
Actualizado: 4/10/2012
Taxonomía: Serpentes | Colubridae | Hemorrhois | Hemorrhois hippocrepis
Hemorrhois hippocrepis
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Descripción
Tiene la cabeza alargada, diferenciada del cuello y deprimida dorso-ventralmente, ojos grandes con pupila redonda (Scheich et al., 1996, Pleguezuelos y Feriche, 2003). Suele describirse como una característica importante en cuanto a su folidosis la presencia de 3 escamas suboculares, ocasionalmente 2 o 4 (Feriche, 2009), que se encuentran entre el ojo y las escamas supralabiales. No obstante, sobre todo en las zonas más meridionales de la distribución de la especie, como al sur de Tiznit, es común hallar individuos con 1 o 2 escamas supralabiales en contacto con el ojo, tanto en ambos laterales de la cabeza como en uno sólo (G. Martínez del Mármol, com. pers.). En Rabat también se han encontrado individuos con estas características (Schleich et al., 1996). Presenta dentición aglifa.
El cuerpo es alargado, cilíndrico y relativamente esbelto, presentando 23-29 filas de escamas dorsales en la zona central, no sobrepasando normalmente los 129 cm. de longitud en el norte de África (Scheich et al., 1996), no obstante en Guelmim, por ejemplo, se han hallado individuos que sobrepasan los 150 cm. (G. Martínez del Mármol, com. pers.).
Característicamente tiene en la parte superior de la cabeza, un dibujo oscuro (de color marrón generalmente) bordeado de un color más claro, en forma de “herradura de caballo”, en parte situado sobre las escamas parietales. También en la parte dorsal de la cabeza hay una marca con las mismas características cromáticas, en forma de línea gruesa transversal, que va desde un ojo al otro. Una línea postocular oscura suele estar presente.
La coloración a menudo es contrastada y la apreciamos como bella y llamativa, pudiendo ser muy variable. El color de base suele ser grisáceo, oliva, marrón, amarillento, anaranjado o rojizo, sobre el que se extiende una secuencia de manchas dorsales más o menos circulares de color más oscuro, frecuentemente marrones bordeadas de negro y con otro borde más externo de color más claro o pálido que el color de fondo del cuerpo. La primera mancha, sobre la región cervical, suele ser más alargada y en la zona caudal comienzan a fusionarse para finalmente formar una línea oscura sobre la cola. Igualmente en las zonas laterales del cuerpo presenta manchas de la misma coloración pero menores en tamaño y alternadas con las dorsales. La coloración ventral suele ser blanca amarillenta, amarillenta, anaranjada o rojiza (Schleich et al., 1996). Los juveniles suelen mostrar una coloración más contrastada que los adultos.
La identificación de la especie mediante mudas, que a menudo es muy útil, es relativamente sencilla pues en la parte dorsal de la muda suelen apreciarse las manchas oscuras más o menos circulares, a simple vista o a contraluz. Las escamas ventrales suelen quedar en la muda con aspecto “nacarado”, con un color blanco algo brillante entre translúcido y opaco. Si la efluvia conserva la cabeza, la forma de la escama frontal es muy característica y si la memorizamos, a través de alguna imagen de la especie, la identificaremos sin problemas. La mancha oscura en forma de “herradura” también se aprecia bien en la muda sobre las escamas parietales. Como última indicación, cabría decir que cuando la muda es antigua o está “arrugada” y pegada sobre si misma, suelen observarse las marcas dorsales como un línea continua oscura. Este tipo de identificaciones a través de mudas pueden ser fiables en zonas donde la distribución no se solape con la culebra argelina y cuando el observador tiene cierta experiencia.
Existe dimorfismo sexual en cuanto al tamaño y peso, siendo mayor en los machos, que también muestran una longitud de cola y sección de esta mayor, así como una cabeza más robusta (Feriche, 2009). El número de escamas ventrales, si bien muestra un pequeño solapamiento entre sexos, es mayor en hembras (230-242) que en machos (221-237)(Feriche, 2009).
En la zona geográfica que nos atañe existe una especie de ofidio que puede resultar parecida. Se trata de la culebra argelina (Hemorrhois algirus). Se considera que las diferencias principales respecto a H. algirus son las que se muestran en la siguiente tabla basada en Schleich, 1996:
H. hippocrepis | H. algirus | |
---|---|---|
Diseño dorsal | Manchas redondeadas | Barras transversales |
Marca en forma de herradura | Sí | No |
Escamas supralabiales en contacto con el ojo | Raramente | Siempre 1 o 2 |
Escamas dorsales en la mitad del cuerpo | 23-29 | 23-25 |
Escamas ventrales | 214-258 | 209-237 |
Escamas subcaudales | 72-109 | 83-110 |
Escama anal | Normalmente dividida | A veces dividida |
No obstante, en el sur de Marruecos se encuentran individuos entre los que figuran los atribuidos históricamente a H. algirus intermedius, que realmente no pueden identificarse claramente como una de las dos especies del género (Werner, 1929). Sobre todo en la zona del Anti Atlas y la costa atlántica entre Tiznit y Tantan, aparecen frecuentemente estas formas que podríamos denominar como “intermedias” entre ambas especies.
Ecología y hábitos
Ofidio que presenta actividad diurna principalmente, pero que también ha sido observada activa en periodo crepuscular y nocturno, sobre todo en los meses en los que las temperaturas diurnas son más altas, como en verano (Scheich et al., 1996; Martínez del Marmol, comunicación personal). Como otros reptiles, en estos meses más calurosos concentra su actividad en las primeras horas de la mañana y últimas de la tarde.
Se trata de una culebra terrestre muy ágil y rápida en sus desplazamientos, trepa hábilmente tanto sobre vegetación como por sustratos rocosos con alto grado de verticalidad.
Considerándose una especie de ofidio muy termófilo (Feriche, 2009), antes de comenzar su actividad se termorregula bajo el sol durante bastante tiempo, sobre todo durante las horas matinales (Diesener G. y Reichhlof J., 1992). Se sabe que no hiberna, al menos en las zonas a baja altitud respecto al nivel del mar (Schleich et al., 1996).
Busca a sus presas activamente, inspeccionando atentamente el terreno que recorre e introduciendo la cabeza en los posibles refugios de estas (Feriche, 2009; R. León, obs. pers.). Tras capturarla, si la presa es de buen tamaño o puede resultar peligrosa, recurre a la constricción (González de la Vega, 1998).
Existe una gradación ontogénica en cuanto a las presas consumidas (Feriche, 2009), además presenta un espectro alimenticio bastante diverso. Los individuos jóvenes depredan sobre saurios principalmente (géneros Tarentola, Hemidactylus, Podarcis, Psammodromus, Acanthodactylus, Chalcides, Hyalosaurus, etc.)(Schleich et al., 1996), con el aumento de tamaño capturan también micromamíferos, mientras que los individuos adultos consumen presas ectotermas casi exclusivamente, mamíferos principalmente (géneros Rattus, Apodemus, Mus, Suncus, etc.), aunque también depredan aves (tanto adultos como nidadas). Existe información de que ocasionalmente consume anfibios (géneros Pelophylax y Discoglossus)(Pleguezuelos y Fahd, 2006).
Las cópulas suceden en abril-mayo (Schleich et al., 1996). Las ovoposición ocurre en junio-julio, cuando depositan normalmente 3-10 huevos en un lugar seguro tal como bajo grandes piedras o galerías desocupadas de roedores (Feriche, 2009). Las eclosiones suceden en agosto-septiembre (Gruber 1993; Feriche 2009), periodo de tiempo en el que frecuentemente se encuentran recién nacidos en la naturaleza.
Esta culebra forma parte del espectro alimenticio de depredadores como aves rapaces y mamíferos carnívoros como los mustélidos (Schleich et al., 1996). Los gatos domésticos también depredan sobre ella (Pleguezuelos; J. León, com. pers.). Se ha citado depredación por parte de la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) (Díaz-Paniagua, 1976) y de la culebra de herradura (canibalismo)(Márquez, 1987).
Si este colúbrido se encuentra en peligro emprende una rápida huida en busca de un refugio, si no puede escapar y la amenaza persiste se defiende adoptando posición de defensa e intimidación, pudiendo ensanchar la cabeza y emitir bufidos, lanzando ataques defensivos ante la aproximación de la amenaza. Generalmente la distancia de huida ante la aproximación de una persona es de 5-7 metros (Schätti, 1993). Si es atrapada o agarrada muerde repetidamente para defenderse, no revistiendo ninguna importancia su mordedura al tratarse de un ofidio no venenoso. Aunque no está de más decir que siempre es recomendable tratar y manejar con precaución a los ofidios de tamaño considerable que sabemos que pueden morder como defensa, aunque no sean venenosos.
Distribución, hábitat y abundancia
Al ocupar hábitats muy diferentes, su distribución es amplia, extendiéndose desde el norte de Marruecos hacia el sur hasta el Anti Atlas (Schleich, 1996).
En Marruecos puede encontrarse en diferentes pisos bioclimáticos del dominio mediterráneo tal como el subhúmedo, húmedo, semiárido y árido, llegando a establecerse incluso en el piso sahariano en zonas donde existe influencia litoral (Bons y Geniez, 1996). Recientemente ha sido hallada en los alrededores de Tendrara lo que sugiere una ampliación de la distribución conocida de la especie al este de Marruecos (B. Rebollo Fernández y G. Martínez del Mármol Marín, com. pers.). Esta distribución supone que puede hallarse en una gran variedad de hábitats como laderas rocosas y soleadas, zonas áridas casi desprovistas de vegetación así como zonas cercanas a cuerpos de agua y con abundante biomasa vegetal.
Se adapta y habita frecuentemente en zonas antropizadas, transformadas por la actividad de las personas. Ocupando casas abandonadas y en ruinas principalmente en medio rural, zonas de cultivo, muros de piedra, periferia de poblaciones y zonas relativamente poco frecuentadas dentro de estas.
Se podría considerar que la culebra de herradura es una de las especies de ofidio más común en Marruecos (Bons y Geniez, 1996). Sin embargo son muchas las amenazas directas sobre esta especie. Es víctima frecuente de los vehículos en carretera y las muertes directas a manos de las personas son numerosas, sea por animadversión o por confusión al considerarla una especie venenosa, ya que este ofidio como se indicó, frecuenta zonas antropizadas urbanas y rurales.
En Marruecos, es uno de los ofidios más frecuentemente encontrado atrapado en estructuras artificiales para el almacenamiento de agua tales como aljibes, pozos o balsas de riego, en los cuales entran buscando alimento o agua, o simplemente caen por accidente, donde suelen morir de inanición o ahogamiento.
Bibliografía
- Bons, J. y Geniez, P. 1996. Anfibios y Reptiles de Marruecos (incluyendo Sáhara Occidental). Atlas Biogeográfico. Asociación Herpetológica Española. Barcelona. 319 pp
- Díaz-Paniagua, C. 1976. Alimentación de la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus; Ophidia, Colubridae) en el S.O. de España. Doñana, Acta Vert., 3(2): 113-127.
- Diesener G., Reichholf J. 1992. Reptiles y Anfibios. Guías de Naturaleza Blume. Barcelona. 286 pp.
- Feriche, M. 2009. Culebra de herradura – Hemorrhois hippocrepis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/. Consultado el 22 de octubre de 2011.
- González de la Vega, J. P. 1988. Anfibios y Reptiles de la provincia de Huelva. Ertisa, Huelva.
- Gruber, U. 1993. Guía de las serpientes de Europa, Norte de África y Próximo Oriente. Omega. Barcelona. 247 pp.
- Márquez, F. 1987. Fauna de Castilla-La Mancha. II, mamíferos, anfibios y reptiles. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Ciudad Real.
- Pleguezuelos J. M., Fahd S. 2006. Body size, diet and reproductive ecology of Coluber hippocrepis in the Rif (Northern Morocco).Amphibia-Reptilia, 25: 287-302.
- Pleguezuelos, J.M., Feriche, M. 2003. Anfibios y Reptiles. Guías de la Naturaleza. Granada. 185 pp.
- Schleich, H. H., Kästle, W., Kabisch, K. 1996. Amphibians and Reptiles of North Africa. Koeltz Sci. Books, Koenigstein.
- Werner,F. 1929. Wissenschaftliche Ergebnisse einer zoologischen Forschungsreise nach Westalgerien und Marokko. Sb. Akad. Wiss. Wien, math.-naturw. kl., Abt. 1, 138; 1-34.
Para citar esta página:
Raúl León Vigara (2012): Hemorrhois hippocrepis Linnaeus, 1758. En: Martínez, G., León, R., Jiménez-Robles, O., González De la Vega, J. P., Gabari, V., Rebollo, B., Sánchez-Tójar, A., Fernández-Cardenete, J. R., Gállego, J. (Eds.). Moroccoherps. Anfibios y Reptiles de Marruecos y Sahara Occidental. Disponible en www.moroccoherps.com/ficha/Hemorrhois_hippocrepis/. Versión 4/10/2012.
Para citar www.morocoherps.com en su conjunto:
Martínez, G., León, R., Jiménez-Robles, O., González De la Vega, J.P., Gabari, V., Rebollo, B., Sánchez-Tójar, A., Fernández-Cardenete, J.R., Gállego, J. (Eds.). Moroccoherps. Anfibios y Reptiles de Marruecos y Sahara Occidental.
Disponible en www.moroccoherps.com.