Viaje herpetológico al norte y este de Marruecos – abril 2017
Por Ander Izagirre Egaña
DIA 1
En las vacaciones de semana santa de 2017 estuve en Marruecos, repitiendo un viaje parecido al realizado un año antes.
Estuvimos 8 días sin parar, con el objetivo de ver diferentes especies de anfibios y reptiles. En Marruecos ya hay especies que se pueden encontrar en la Península Ibérica, pero la mayoría de las especies son distintas, algunas muy impresionantes de hecho. A decir verdad, ¡Marruecos engancha!
El año anterior bajamos hacía el sur hasta llegar al Sahara. Esta vez fuimos hacia el este, hasta la frontera de Argelia. Así podíamos encontrar más especies nuevas.
Fuimos un grupo de 5 personas. Rafael Vázquez y Ana Vidal desde Galicia, Raúl León desde Ciudad Real, Gabri Martínez desde Madrid y yo del País Vasco. ¡Unas máquinas en bichos y muy grandes como personas! Fue una gozada hacer este viaje con ellos.
Llegamos pronto a Algeciras y como quedaban un par de horas para coger el ferry, fuimos a un campo cercano que conocíamos del año anterior, con la intención de empezar a buscar bichos. No podíamos perder el tiempo, jaja. El año pasado nos salió bien el asunto, y este año tampoco nos podíamos quejar.
Desde allí, cogimos el ferry y ¡a África! Tardamos bastante en pasar el estrecho por culpa de las rachas de viento, y llegamos a la noche a Marruecos. Fuimos directamente hacía el Rif y empezamos a ver los primeros bichos de Marruecos.
Terminamos el primer día cansados pero contentos. ¡La aventura estaba en marcha!
DIA 2
Después del largo día anterior, dormimos al lado de una charca interesante en el Rif, y empezamos el segundo día explorando la charca y sus alrededores.
Antes del mediodía, el lugar empezó a llenarse de domingueros y nos movimos a una zona cercana, aun en el Rif.
El día siguiente queríamos llegar a Fez y fuimos poco a poco hacía allí. En el camino hicimos un par de paradas más y pudimos ver más bichos.
Terminamos el día en Uezán, con la intención de dormir allí y el siguiente día empezar a buscar bichos allí mismo.
DIA 3
El tercer día queríamos hacer un intento difícil. Concretamente, buscar una especie de eslizón que no se ha visto desde 1970: Chalcides ebneri. Era un intento muy difícil (posiblemente imposible), pero si lo conseguíamos sería un gran descubrimiento.
En ese territorio predominaban las tierras agrícolas. Eran hábitats bastante malos para buscar anfibios y reptiles, y vimos pocas especies.
Desde Uezán fuimos acercándonos a Fez, haciendo paradas en el camino. Todavía con esperanzas de encontrar al eslizón “desaparecido” jaja. Como siempre, en el camino revisábamos todos los aljibes, para rescatar los bichos atrapados.
Nos esforzamos en buscar el eslizón pero a decir verdad, eran terrenos muy difíciles para buscarlo. Muchos terrenos agrícolas y pocos escondites para el eslizón. Otra vez será.
Pasamos Fez y seguimos hacia el este hasta Jerada. Dimos una vuelta en la zona de Jerada y dormimos allí.
DIA 4
El cuarto día seguimos revisando la misma zona de la noche anterior cerca de Jerada, y aparecieron varias especies que deseábamos ver.
Desde Jerada fuimos a Saidia, donde siguieron saliendo más especies.
Desde allí partimos hacía el sur, en dirección a Figuig.
Pasado el cuarto día, habíamos hecho la mitad del viaje. Estábamos disfrutando, contentos con los bichos vistos hasta entonces, y aun teníamos otros 4 días por delante.
DIA 5
El quinto día seguimos hacía el sur, hacía Figuig.
Nada más tomar el desvío a Figuig desde Bouarfa, empezamos enseguida a ver los increíbles Uromastyx nigriventris.
En el camino nos encontramos también con una cruel realidad. Encontramos un Uromastyx atrapado con un lazo. Cortamos la cuerda y lo dejamos libre, pero si era una trampa colocada por algún habitante del pueblo de al lado, puede ser que lo cogiese de nuevo. Por desgracia, el tráfico ilegal de esta especie es bastante habitual. Os dejo también el link del video hecho por el compañero de viaje RaúlLeón sobre este tema.
Llegamos al anochecer a Figuig, y seguimos explorando los alrededores.
Para terminar la noche cogimos una mala decisión. Había unas ranas y sapos cantando en una charca pegada a la frontera entre Marruecos y Argelia. Parece ser que es una frontera peligrosa y decidimos hacer una visita rápida. Sacar dos fotos y largarnos de allí.
Esa era la intención, pero yo me entretuve con el sapo de la última foto, mientras los demás volvieron a la furgoneta. Mientras estaba tumbado en el suelo sacando fotos, apareció un hombre desde la oscuridad (eran las dos de la noche), con un objeto en la mano, parecido a un machete. Intenté darle explicaciones pero no nos entendíamos. No sé lo que me decía pero estaba muy enfadado. ¡Y yo cagado! Por suerte pude volver a la furgoneta y nos largamos de allí echando pipas. ¡No voy a olvidar nunca esa foto del sapo! Aunque Marruecos es un país muy seguro, hay que tener precaución y evitar fronteras y otros sitios conflictivos por la noche.
DIA 6
A la mañana del sexto día seguimos en los alrededores de Figuig.
Después de comer nos fuimos hacia Bouarfa.
Encontramos una falsa cobra en la carretera, pero por desgracia estaba muerta, recién atropellada por un coche, y tenía en su interior un juvenil de Uromastyx nigriventris.
A la noche nos fuimos a una zona rocosa cerca de Bouarfa, con la intención de ver una serpiente especial. Queríamos ver la impresionante víbora cornuda (Cerastes cerastes).
Aunque nos esforzamos mucho hasta muy tarde y primera hora de la noche, hacía mucho frío y no conseguimos encontrar ninguna C. cerastes. A decir verdad, fue una gran desilusión, pero afortunadamente, la mañana siguiente tendríamos la suerte de nuestro lado.
DIA 7
Después del fracaso del día anterior, teníamos pocas esperanzas de encontrar una Cerastes cerastes, pero antes de movernos de allí, teníamos que hacer un último intento.
Enseguida, Rafa encontró los rastros de una Cerastes. ¡Rastros recién hechos!
La víbora debía andar cerca y seguimos los rastros con mucho cuidado. Entre las piedras, se perdía en rastro y no era un trabajo fácil. Cuando teníamos el rastro medio perdido, Gabri levantó un matorral y ¡allí debajo estaba la víbora! ¡Un juvenil de Cerastes cerastes! ¡Impresionante!
Desde Bouarfa fuimos hacia Merzouga. En el camino vimos el valle del Ziz. Era un paisaje muy especial y bonito, un “río” verde de vegetación en medio del desierto.
En el camino, revisando los aljibes, apareció una culebra como la que vimos atropellada el día anterior. Una falsa cobra, que imita a la cobra levantando el cuello. ¡Realmente elegante!
Revisando los pocitos de los alrededores de Merzouga, encontramos un juvenil de varano muerto. Todo lo que cae a un aljibe queda atrapado sin poder salir, y antes o después termina muriéndose. Una pena encontrar un bicho así de esta forma.
Era hora de empezar a volver hacía casa y por la noche nos dirigimos hacia el norte, con la intención de restar kilómetros al día siguiente.
DIA 8
Llegados al último día, nos tocaba subir hacía el ferry, pero teníamos tiempo de visitar un par de sitios. Para empezar, hicimos un par de paradas en Atlas Medio.
Cruzando el atlas vimos también monos.
Del Atlas, en vez de seguir hacía el norte, nos desviamos hacía el oeste, para hacer la última parada del viaje en Ben Slimane. Tuvimos un pequeño incidente, pero pudimos ver unos últimos bichos.
Desde allí fuimos a Tanger, coger el ferry y hacía casa. Aquí termino nuestra aventura.
Con las experiencias vividas durante 8 días y las imágenes de todos los bichos vistos en el recuerdo, nos quedamos muy satisfechos, con una valoración muy positiva. Nos faltaron algunas especies, pero otra vez más, comprobamos que Marruecos no defrauda.
Para terminar, me toca volver a dar las gracias a los compañeros de viaje. Rafael Vázquez, Ana Vidal, Raúl León y Gabri Martínez, ¡un lujo hacer este viaje con vosotros! ¡Espero poder repetirlo!
Podéis ver este viaje y otros muchos más en mi web personal pinchando AQUI.
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